martes, 13 de diciembre de 2011

Fechas para la gira 2012

Del 18 al 22 de enero en Sevilla (Lope de Vega)
9 de febrero el Palencia
10 de febrero en Zamora
11 de febrero en Salamanca
17 de febrero en el Puerto de Santa María
10 de marzo en Fuenlabrada
15 y 16 de marzo en Eibar
17 y 18 en Barakaldo
12 de abril en León
13 de abril en Ponferrada
18 de abril en Soria
19 de abril en Aranda de Duero
20 de abril en Miranda de Ebro
21 de Abril en Burgos
25 de abril en Peñaranda Bracamonte
26 de abril en Medina del Campo
27 de abril en Laguna de Duero
28 de abril en Toro
5 de mayo en Alcoy
11 de mayo en Vigo
12 de mayo en Pontevedra
17 al 27 de mayo en Valencia
13 de junio al 15 julio en Madrid (Teatro Bellas Artes)

lunes, 29 de agosto de 2011

Recortes de prensa

LA VERDAD Murcia

CRÍTICA

Están para comérselas
Cristina Marcos y María Adánez bordan sus trabajos en el estupendo montaje de 'La escuela de la desobediencia'

28.08.11 - 01:11 - ANTONIO ARCO |

Obra: 'La escuela de la desobediencia'. Dramaturgia: Paco Bezerra (a partir de los textos 'L'École des filles' -anónimo- y 'Ragionamenti', de Pietro Aretino. Intérpretes: María Adánez y Cristina Marcos. Soprano: Rosa Miranda. Viola de gamba: Sofía Alegre. Espacio escénico: Mónica Boromello. Vestuario: Paco Delgado. Iluminación: David Hortelano. Espacio sonoro: Luis Miguel Cobo. Dirección: Luis Luque. Producción: Andrea D'Odorico y Teatro Portátil. Representación: Auditorio del Parque Almansa, sábado 27 de agosto. Clausura del 42º Festival Internacional de Teatro y Danza de San Javier. Calificación del espectáculo: Notable.

La clausura del certamen unió calidad y diversión

Qué bien y qué gusto, para los sentidos en estado de alerta, la imaginación que enseguida emprende el vuelo, y el ánimo que necesita mimo, que el 42º Festival Internacional de Teatro y Danza de San Javier, que dirige César Tárrega y que cuenta con el patrocinio de 'La Verdad', se clausurase el sábado con uno de esos espectáculos que dejan bien claro -¡atención, responsables políticos de la Cultura en esta Región despistada!- que la vida es puro teatro, y que sin el (buen) teatro, la vida es menos vida. Qué delicia ha hecho posible todo el equipo, muy joven y apasionado, que ha puesto en pie de guerra 'La Escuela de la desobediencia', una sencilla, vibrante, envolvente, divertida, sensual y carnal historia de pasiones y deseo encendido, espléndidamente interpretada por María Adánez y Cristina Marcos, con el atinado acompañamiento en directo de una soprano (Rosa Miranda) y de Sofía Alegre tocando una viola de gamba.
'La Escuela de la desobediencia' nos traslada en el tiempo al pasado, pero al mismo tiempo deja nuestra mirada y nuestro pulso clavados en el escenario. Asistimos a dos diálogos muy bien hilvanados y transformados en carne dramática. En el primero, dos primas mantienen una conversación 'sobre hombres' en la que Susanne (Cristina Marcos), la iniciada en las artes amatorias y libre de prejuicios morales, intenta convencer a la inexperta -Fanchon (María Adánez)- de las múltiples bondades del placer sexual. El segundo diálogo llegará una vez que la joven inexperta ha mandado al cuerno, con un esmero que no ha escatimado ni un ápice de entusiasmo, su inexperiencia. Las lecciones que su prima le enseñó han dado sus frutos (muy abundantes).
Cuenta el premiado dramaturgo Paco Becerra, que ha cumplido en San Javier 33 años, que tiene una amiga que se tatuó, a lo largo de todo el antebrazo, 'Haz lo que quieras. Será la única ley'. Y cuenta también que cuando Luis Luque, el director de esta función al que habrá que seguir la pista, lo llamó para proponerle escribir 'La Escuela de la desobediencia', a partir sobre todo del texto anónimo 'L'École des filles ou la Philosophie des dames' -«editado en el año 55 del siglo XVII»-, lo primero que se le vino a la cabeza fue esa frase escrita sobre la piel humana. Y que después, al volver a leer el texto, le vino a la memoria otra frase, incluida en un vídeo musical de Madonna y que dice algo así como 'pobre es el hombre cuyos placeres dependen del permiso de los demás'.
Fue entonces cuando Becerra llegó a la conclusión de que 'L'École des filles' puede que sea precisamente eso, «un tatuaje, o en su defecto, la letra de una canción aún sin videoclip y para la que había que buscar imágenes». Imágenes para ayudar a escenificar un fin, «la defensa del derecho de las mujeres a gozar plenamente de su sexualidad sin tener que rendir cuentas absolutamente a nadie». Un canto, desinhibido y festivo, a la libertad del sexo femenino.
Paco Becerra y Luis Luque han unido sus energías de forma muy eficaz, y con la ayuda del productor Andrea D' Odorico, también uno de los grandes escenógrafos actuales, han elaborado un producto estético en estado de notable gracia. Era muy emocionante la idea de poder darle cuerpo y voz a Susanne y Fanchon, las protagonistas de 'L'École des filles', para dejar claro ante el público, defiende Luque, «que el ímpetu de la naturaleza no entiende de normas escritas por ninguna mano de hombre». Luque veía a estos dos personajes como mujeres «libres, divertidas, irónicas, sabias, inocentes, idealistas, inteligentes y transgresoras», y así ha logrado mostrarlas ante el público con un merecido éxito.
Asegura haber meditado mucho el director, a la hora de enfrentarse a este proyecto, sobre la necesitad de un intenso trabajo de interpretación -¡misión cumplida!- sujetado por la elegancia (conseguida), la belleza (palpable) y el juego (ágil y divertido), que llegan con facilidad al espectador desde un espacio escénico, sencillo y sugerente, en el que predomina el color rojo y en el que se incluye, como un pequeño Edén, una bañera desde la que Fanchon ilustrará con todo lujo de detalles su primer gran deslumbramiento sexual. Lastima que en San Javier, y al ser necesario aquí utilizar micrófonos inalámbricos dadas las grandes dimensiones del Auditorio del Parque Almansa, la bañera no pudiera llenarse de agua y la escena perdiera algo fuerza y, claro, también de temblor erótico.
Qué merecido aplauso recogieron Cristina Marcos -la deliciosa protagonista de la película 'Todos los hombres sois iguales' (1994), ofrece una madurez cautivadora y una poderosa presencia-, y María Adánez; es una fiesta verla, con ese encanto que aquí logra mantener vivo en todo momento, y con un aire a lo Michelle Pleiffer en 'Las amistades peligrosas' (de Stephen Frears), y otro más a lo Abbie Cournish en la recomendable 'Bright Star', lo último de Jane Campion.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Próximas fechas

- El 26 de agosto estamos en el Festival de San Javier (Murcia).
- El 27 y 28 de agosto estamos en el Teatro Carlos III.


martes, 24 de mayo de 2011

El umbral de la obediencia o La felicidad de las mujeres

Muchas han sido las formas en las que el libertinaje nos ha sido explicado a través de la Historia, pero si tuviéramos que resumirlas todas en una podríamos decir que —o al menos así nos lo han hecho entender—, el libertinaje es la falta de respeto por parte de uno o varios individuos a seguir una serie de leyes morales y éticas establecidas por una sociedad. Pero ¿con qué fin?

Pietro Aretino, celebridad italiana adorada por los lectores del siglo XVI, escribió Ragionamenti, novela dialogada en la que se reflexiona sobre los tres únicos estados a los que la mujer de la época podía aspirar: estar casada, meterse a monja o hacerse puta.

Un siglo más tarde, en París, un hombre llamado Michel Millot es detenido y acusado de la autoría de un libro “contrario a las buenas costumbres”: L’École des filles ou la Philosophie des dames, que se inspira en la obra del célebre italiano del XVI para seguir hablando del perverso concepto de la educación femenina y de la necesaria libertad sexual y espiritual de las mujeres. La condena a la que se vio expuesto fue la muerte en la horca junto a la quema en la hoguera de todos los ejemplares del libro.

La escuela de la desobediencia, al igual que lo hiciera su autor con L´École des filles, bebe de ésta última y de su antecesora Ragionamenti, para, siglos más tarde, en su adaptación dramática, seguir reflexionando sobre la evolución del ideario moral femenino; la categoría humana de aquellos que parecen seguir siendo los encargados de nuestra educación; las enseñanzas que se profieren a las chicas para que cumplan con la función social que les corresponde; y el derecho de la mujer a expresar, defender y satisfacer su deseo sexual por encima de la familia, el matrimonio, la religión y hasta el propio Estado, para llegar a la pregunta: ¿es probable que la educación femenina no sea sino una trampa más diseñada, junto a otras muchas, para frenar el propio derecho y la libertad de las mujeres a gozar plenamente de su sexualidad sin tener que rendir cuentas a nadie?

¿Dónde se encuentra el umbral de la obediencia?, y ¿por qué aún a día de hoy siguen existiendo tan pocas personas que nos enseñen a desconfiar de lo que nos enseñan?

Paco Bezerra

jueves, 19 de mayo de 2011

Presentación


Andrea Dodorico, amigo y maestro me sugirió leer a Pietro Aretino, escritor e intelectual renacentista conocido por sus escritos licenciosos que fue capaz de escribir los famosos Sonetti lussuriosi (Sonetos lujuriosos) y al mismo tiempo escritos moralizantes.

Leyendo a Pietro Aretino descubrí la Escuela de doncellas o la filosofía de las damas una joya del barroco francés repudiada y olvidada, a la que gracias a que algunos ejemplares huyeron a Holanda y se salvaron de la hoguera hoy podemos presentar a Susanne y Fanchon las protagonistas de la escuela de la desobediencia.

En la Francia del siglo XVII nace el salón literario, donde se reunían aquellas maravillosas Preciosas, conversaban, filosofaban y sentaron las bases de los movimientos culturales más importantes del siglo XVII.

El montaje de La escuela de la desobediencia invita a imaginar un salón literario, ese espacio íntimo donde la mujer podía desarrollar su gran potencial.

Para mi es emocionante pensar que Susanne y Fanchon van a ser encarnadas para mostrar que la mujer ha sentido, siente y sentirá placer sexual con la misma intensidad que el hombre. Que tiene el derecho a tener una educación al respecto, las jóvenes eran educadas en la ignorancia y por lo tanto su infelicidad estaba garantizada.

Nuestras protagonistas defiende lo contario, desobedecen y por lo tanto son más libres.

Susanne nos cuenta que el ímpetu de la naturaleza no entiende de normas escritas por ninguna mano de hombre. Buscan breves espacios de libertad a través de la piel.

En intimidad ellas se presentan libres, divertidas, preciosas, sabias, inocentes, filósofas, idealistas, inteligentes, transgresoras. Sostienen un vocabulario sin ambages, un ideario contundente sin resquicio alguno al discurso de la doble moral, la ven, la señalan y se aprovechan de ella. Ahí radica su grandeza.

Este proyecto nace con emoción de saldo de alguna deuda, la emoción de poder contribuir humildemente a colocar durante hora y media el placer de la mujer en el mismo lugar que el hombre pone el suyo. En el misma alta repisa.

A las mujeres de mi vida va dedicada.

Mi punto de partida es un intenso trabajo de interpretación de actrices, la belleza y el juego. Un espacio escénico basado en una gran alfombra roja que inunde todo el escenario. Un vestuario deslumbrante y una música que nos evocara a la mujer eterna, llena de vida.

A la previsible pregunta de cual creo que puede ser la sensación que le quede al espectador después de asistir a la representación de La escuela de la desobediencia, mi contestación sería y será que mi único deseo es que el publico regrese rápidamente a sus hogares a hacer el amor, porque Susanne y Fanchon vienen a enseñarnos que el placer carnal solo puede servir para ayudarnos a confiar más en el más grande sentimiento que puede sentir un ser humano, el amor por el otro.

LUIS LUQUE